lunes, 28 de abril de 2014

Y dejaste estancadas en mis alas,
tus más profundas caricias.
Y envolviste en tormentos,
hasta el último suspiro que tenía.
Y amoldaste mis costumbres a las tuyas.
Y esculpiste con tus manos mis ansias.

Pero, luego, cuando estaba ahí,
redimida, te sacaste la máscara,
se te acabó la dopamina.

Y así, te marchaste; pero no de golpe,
sino lentamente, con tortura, con dolor y amargura.

Y fue como la venganza de los dioses del Olimpo,
como una lección de que no debo desafiar al destino.

¿Fuiste un instrumento o fuiste un accidente?
No. Fuiste el único que estalló mi mente. Tú.

Alejandra López  ©

Tiempo comprimido

Parece que ya hubiera pasado el tiempo
y que el dolor me ha dejado sin memoria, 
pero siento que estoy donde una vez empecé. 
Es como si no hubiera avanzado nada. 

Parece que ya hubiera pasado el tiempo
y que tu risa hoy solo es un eco, 
pero siento que tu recuerdo es mi sombra. 
Es como si no te hubieras ido. 

Parece que ya hubiera pasado el tiempo
y que me han robado las canciones que me regalaste, 
pero siento que la herida se hace más fuerte. 
Es como si tu partida fuera mi muerte. 
Alejandra López ©

sábado, 5 de abril de 2014

Poesía

Y si la poesía me invade, 
me transforma y me posee, 
me eleva y me solicita. 

Si mi mano se apodera, 
de mi ser, de mis entrañas.

Si se alteran mis pupilas, 
se desorbitan y 
luego se detienen.

Si la literatura me exprime
y hace de mí lo que quiere.

Si los versos mandan
y mis dedos obedecen...

Yo me rindo
Yo me dejo
Yo me abstraigo
Y me someto

Yo me entrego
a este arte 
que no hace
más que liberarme...

Me sumerjo
en este río 
de letras combinadas, 
de oraciones asfixiadas, 
de experiencias frustradas, 
de dolor, amor y otras pasiones. 

Y si la poesía
me invade...

Yo la sigo, 
Yo la dejo, 
pues no tengo

Otro modo, 
otro rumbo, 
otra forma de 
enfentrarme al mundo.