lunes, 23 de abril de 2012

Respuesta a un sueño...

Breve explicación: (Siempre amo el momento aquel en el que abro un libro que tengo hace años y encuentro algo que escribí...)

Acabo de leer el poema que dejaste en mi correo surrealista...

Y qué difícil es... intentar vivir
de recuerdos, seguir amando un
pasado perfecto y ése era nuestro
problema que nos creímos nuestros
sueños...

Y aún sueño, no creas que no...

Sueño que alguna vez me amaste
verdaderamente, aunque sea un
poquito...

Sueño que no fui una más de
tantas, sino algo especial, algo
real.

Sueño que cada mañana te
veo entrar y puedo abrazarte
y darte un beso sin que me
mires extrañado.

Sueño que nunca
nos equivocamos
y no tengo nada que ocultar...

(Siento)
Sueño que te amo y que
                     (sueñas)
tú también lo sientes.

En todo caso... quisiera
soñar que...

Nunca me enamoré de todo
lo que eres, de todo lo
que me diste, de todo
           (me)
lo que  no dijiste, de todo
lo que provocaste
de ti...
          (tus)
...pero mis sueños no son
la vida real y ahora
sé que ellos nunca se harán
realidad.

Te extraño (no es para nada raro),
per no puedo.

Escrito algún día de esos (2008)

sábado, 21 de abril de 2012

Quisiera

Quisiera elevar una oración
al cielo, a tu casa, Señor,
una plegaria que sea pura y
sincera.

Una plegaria que pudiera
revelar todo lo que llevo adentro,
tengo miedo, Señor,
abrázame el espíritu,
no me dejes sola.

Quisiera una oración nueva,
pero con tradición,
una oración que cure mis
heridas,
dolencias,
perturbaciones.

Una oración que me conecte
a ti, a tu cielo, a ese paraíso
que tal vez vea o tal vez no
que espero ver,
que anhelo ver.

Señor, mis ojos son ciegos,
mi espíritu terco,
perdóname (una vez más)
te necesito.

Señor, mi corazón está roto,
hay tanto dolor,
tanto sufrimiento,
tanta incomprensión.

Ayúdame, Señor, a ser mejor
una mejor cristiana,
una mejor hija,
una mejor maestra,
una mejor criatura de Dios.

Renueva mi alma,
mi mente,
mi boca,
y todo mi ser.
Amén.

Amigo fucsia

Extraño regresar
sin ti a casa
regresar y no sentir
tus susurros en mis oídos.

Extraño terminar
mi ardua jornada
y no sincronizar
tus melodías con mi alma.

Extraño sentarme
sola y pensativa
y que no estés tú
para librarme de mis pensamientos.

Extraño no tenerte
en mis manos
para poder recordar
con fotos, con versos, con recuerdos.

Extraño,
tanto te extraño
que aún te busco
en mi mochila.

Y ahora solo
me queda saber
que como ya no estás
habrá más poesía.

Qué tortura


Qué tortura ver
tu nombre tantas veces
en mi pantalla
clavándose tan en el fondo
recordándome
lo vivido
lo sentido
lo sufrido.

Qué tortura ver
tu indiferencia tantas veces
asesina como ninguna
acribillándome
hasta lo más profundo
rascando la costra
más honda
más grande
más antigua.

Qué tortura ver
reflejadas en mi mente
mis lágrimas suicidándose
aguerridas, cayendo
con tanta determinación
desde mis ojos cansados,
apagados por tanto recordar.

Qué tortura ver
que aún te quiero
que todo vuelve a brotar
que no me ha servido de nada
la experiencia,
la paciencia,
los consejos y “la nueva actitud”.

Qué tortura ver
que todo es una pérdida
de tiempo, de sueños,
de esfuerzos, de sentimientos.
qué difícil eres,
que complicado lo haces todo.

Qué tortura ver
que la anestesia no basta
que el alma no se calma
que no puedo borrar
lo indeleble
que no puedo sacarte
por más que lo intente. 

viernes, 13 de abril de 2012

Me queda la duda

Me queda la duda
de tus ojos profundos
al mirar mis angustias
al observar mis deseos
al verme de frente de nuevo.

Me queda la duda
de tus labios precisos
al decir lo que quiero
al decretar el futuro
al besar mis miedos.

Me queda la duda
de tus manos agudas
al bloquear mis reflejos
al moldear mis convicciones
al transformar mis decisiones.

Me queda la duda
de tus oídos sabidos
al cambiar los mensajes
al escucharme atentos
al hacerse los sordos
(cada vez que te conviene)

Me queda la duda
de tu nariz intrometida
al chocar la mía
al rozar mi mejilla
al respirar bramante.

Me queda la duda
de tus cinco sentidos
conectados a los míos

Me queda la duda
de tu corazón
inquietando el mío.

Me queda la duda
de tu alma confusa
enturbiando la mía.

Me queda la duda
de tu ser entero
cada vez que siento.
(que ha llegado el momento)


¿Cómo amarte bien?

Defender lo indefendible
Sentir cuando ya no queda más,
cuando nunca hubo corazón,
amar sin convicción.

Leer y no procesar lo leído,
Querer, pero no poder,
cuando el refrán me ha engañado
otra vez.

Sufrir y entender que vuelve a empezar,
comerse las lágrimas cansadas,
porque han salido, hartas, por lo mismo,
a punto de renunciar, secarse.

Por qué aún no arranco la raíz,
Dolor que no cicatriza,
cuando ya me eché mil pomadas
el escudo ha sido destruido.

Y sigo aquí, sin defensa alguna,
anestesiada, apartándote del alma,
pero haces lo que te da gana,
vienes y te ríes en mi cara.

Y sigo aquí, porque el pasado
me sigue atando, no me deja ir,
pero intento hacer lo que me da
la gana... por eso sigo aquí.

Tonta.
Tontísima.
Tan Tonta.
¿Qué más?